Hoy celebro una de esas fiestas en las que sólo hay un par de invitados: mi compañero y yo. Hoy, hace dos años, en el malecón de Puerto Vallarta, sudada, despeinada y con ropa deportiva, le dije que estaba bien, que sería su novia.
Después de ello empezó una loca vida juntos. Y aún ahora continúa un poco la locura, pero ya tenemos más raíces y también, más alas juntos. A veces me parece un milagro todo lo que hemos conseguido, y seguir cuerdos y enamorados.
Así pues, brindo esta noche porque mi vida de pareja se prolongue hasta la muerte. Llena de locura, de aniversarios, de retos, de aventuras, de satisfacciones y de amor, tanto amor.
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