martes, 30 de septiembre de 2008

La crisis económica de EUA

He aquí lo que entiendo de la crisis (que aparentemente nomás va de mal en piorrr):

Santo Bush hizo un plan para salvar la economía estadunidense: 700 mil millones de dólares para hacerle un paro a Wall Street. Es decir, esa (inmensa) cantidad de dinero fungiría como una especie de grueso colchón sobre el cual pudiera "caer" Wall Street y no resquebrajarse (nuestro amigo WS es gordo y un sleeping no sería suficiente). El Congreso le dijo: "No (pendejo)". Y pobre Santo Bush dijo haberse sentido "decepcionado".

El asunto, querido lectorín, se complica y no termina aquí. Como bien sabrán, Bush es republicano. Pues aquellos pertenecientes a su partido político le metieron "la que les conté" por "allá". O sea, 60% de los republicanos votaron en contra de la iniciativa del líder de su partido. Por el contrario, 60% de los demócratas votó a favor. ¿Por qué votaron así? ¿Qué se pone en juego para abrir la boca, en el caso de los legisladores? He aquí el pedo:
-En caso de que sí se hubiera aprobado (o se apruebe en futuro, porque próximamante habrá otra sesión "pa' ver si ya cambiaron di opinión") cada uno de los habitantes estadunidenses tendría que pagar un monto aproximado de dos mil dólares. Esto se traduce en que la gente piense: Why the fuck do I have to pagarle los mistakes a los rich? (a los ricos, porque esos 2mil dólares que saldrían de su bolsillo irían a parar directo a las empresas más grandes y ricas de nuestro vecino norteño, o sea, a las pertenecientes a WS). Además, la banda también piensa (por fuerza de costumbre histórica): ¿por qué tiene que intervenir el Estado en la economía? ¿Que no tenemos un mercado "libre"? (Pobres ilusos, no se dan cuenta que si NO interviene el Estado, el mundo va a valer ultra top machín verga)
-Por otro lado, tal cual está la situación right now es así el pedo: NO se le van a dar los 700 000 000 000 (un putero de ceros, ¿verdad?) de dólares a Wall Street. Por lo tanto, ésta puede caerse y valer mega pito. Entonces, la gente que tiene acciones ahí las retiró (para proteger su varo), ¡¿y qué creen?! WS sufrió una pérdida histórica (o sea, como nunquíssima antes): 1.1 billones (1 100 000 000 000) de dólares.

En resumen: me da gusto que le hayan kicked his ass a Santo (Pinche) Bush, porque ya se dio cuenta que incluso su propia banda piensa que es (bieeeeen) pendejo (e inepto). PERO si no le "inyectan" ese varo a la economía gringa, en un futuro cantaremos recordando estos momentos "todo se derrumbó". O sea, yo también quiero que se haga otra vez esa pinche votación y ya le digan que sí al (pendejo de) Bush, pa' que no se decepcione otra vez... y, bueno, claro, para que no valgamos dick todos nosotros. Amén.

Aquí para la nota completa.
Aquí para que se entere usted de cómo me siento.

sábado, 27 de septiembre de 2008

"Te quiero tanto que ya no puedo más" o "chismes de barrio"

El título de mi post es ése porque resultaaaa que los vecinos de justo al laditititito de mi habitación son como roqueros... Bueno, llego a esta conclusión porque tienen una van como de esas que usaban los hippies en los sesenta pero más grande y menos hippie con un montón de calcamonías de cosas como "sé rebelde", "fuma mota", "sonríe" y mamadas diversas. Además, todos los sábados, indefectiblemente (=D), ponen música que raya entre lo agradable (por ejemplo, justo ahorita pusieron Caifanes) y lo insoportable (como cumbias reggeatoneras -no sabía que existían, por eso no odio tanto a mis vecinos, me ayudan a descubrir el mundo y ellos ni lo saben). Cuando empecé a escribir esta notita tenían la de Te quiero tanto (¿así se llama?) de no sé qué grupo popero noventero fresita mamón mexicano. Bueno, la cosa es que ponen música como durante cinco horas (y que se joda la vecina intelectualoide de al lado que tiene que leer un chingo de cosas diversas y además tratar de concentrarse en escribir "literatura" tragable) para hacer un acompañamiento de las rolas con tamborcitos.
En otros mitotes de barrio (o edificio, en mi caso) les cuento que vino a darme una visita la vecina top machín detector de metal. Es decir, la mera mera. Y que me cobra. Dizque una cuota de 150 al mes de la que el casero ni me había hablado. Y que me dice, sutilmente, que el que me renta el depa es irresponsable (y yo simplemente comprobé la sospecha) porque no ha pagado esa mentada cuota desde la época de los cristeros (o sea, desde antes que yo viviera aquí). Me costaba mucho trabajo seguirle el hilo porque en vez de concentrarme en lo que me decía me agarró la afición por observarla y tratar de analizarla. Cristo Redentor, tengo complejo de psicóloga (aunque no es novedad, ya lo sabía).

En otros temas, aquí les va una crónica de ayer, de mi viaje hacia casa de Duende.
Me subí al chamion (R646) e iba tranquilamente valiendo pito en la sección trasera del camión, comiéndome la manzana más buena de estos últimos tiempos, cuando de repente (y de la nada) se para el camión. No le tomo importancia hasta que, cual salida de mercado pueblerino, oigo la voz del camionero: "Dos tostadas de ceviche con mucha catsup". ¡¿Qué coño?! pienso yo y me pongo ansiosa a observar lo que pasa. Resulta que en una esquina cualquiera de esta conflictiva ciudad se detiene, tranquilamente, nuestro relajado conductor a pedirse sus sagrados alimentos del día. Detrás de nosotros, por supuesto, estaba volviéndose loca la chusma conductora de la metrópoli. Claxonmentadas por doquier y gritos al estilo de "Pendejo", "Muévete, animal", "¿Quién te crees, pedazo de mierda?" Yo, un poco paniqueada y sentada sobre mi asiento como si me hubieran pegado el coxis y la espalda con cola loca, tenía los ojos desorbitados. Eventualmente, el camionero ya con veviche en mano, la marcha se reanudó. Al llegar a Patria y Vallarta la idiota fui yo porque agarré el 632 en dirección contraria. Gracias. Afortunadamente tuve la fortaleza moral de tragarme mi orgullo como a las dos cuadras y decirle al chofer con voz de niña cagada en los calzones: Oiga, vamos en dirección contraria a Naciones Unidas, ¿verdad? Y que me responde: Uuuuhhhh, sí, m'hija, bájese aquí y ahí en la esquina agarre el mismo. Quería pedirle mis cinco pesitos pero me dio harta pena.

Bueno, basta de idioteces. Aquí, una propuesta para hacer de este mierdamaravilloso país un poquito menos mierda y un poquito más maravilloso. No fumemos mota. Si el narco está tan "bien parado" en nuestro entorno es porque ofrecen algo altamente demandado. Si la demanda se reduce, su poder también. Si su poder se reduce, quizá todos seamos felices y tengamos empleos de ocho horas bien pagados. Jajajajaj, me la mamé. No, pero neta, si dejamos de consumir drogas a nivel masivo, quizá aportemos un granito de arena. Ash, la verdá' es que no sé si es demasiado buena idea, pero no sé qué coño hacer para sentir que aporto algo en esta puñetera realidad cada vez más decadente. Ayer iba caminando por una calle cualquiera y quería cruzar de una esquina a otra. Volteé atrás y venía una Lobo no tan lejos pero no tan cerca y en vez de aventarme (¿sabían que el verbo aventarse viene de tirarse al viento, hacerse viento? Aventarse, a-ventarse, a-vientarse. Qué cool) como normalmente hubiera hecho (antier me estaban atropellando culerisísisisismamente en López Mateos. Soy pésima peatona), preferí quedarme bien paradita en la esquina porque mi lógica funcionó así: Es una Lobo= es un narco= me le voy a meter en su camino (literalmente)= me va a matar. Está muy peliaguda la situación, con todo el miedo social que se está engendrando en nuestros corazones televiseros.

Ay, me gusta Mecano. Gracias, vecinos, por ponerlos.

Y, por último, les comento que me voy a ir "de compras". El asunto es que SÓLO tengo UN pantalón de mezclilla y como no siempre ando depilada y, naturalmente, no siempre está limpio ese glorioso y mega comodísimo pantalón, pues resulta que hay días que en la mañana, mientras me arreglo, me quedo perpleja frente a mi armario pensando "¿y 'ora qué?". Entonces (¡qué emoción!) me voy a ir a buscar un pantalón bien chubidubis (aunque de antemano no creo que supere al único que tengo) a La Gran Plaza Fashion Mall. Dios, me siento fashion sólo de pronunciarlo.

lunes, 22 de septiembre de 2008

Lacónico. Así está mi cotorreo.

-Ya no quiero ser todo lo que alguna vez soñé.
-Hay una gotera en mi habitación.
-Ser mujer es cosa dura. Y si bien nuestras cuervas son más seductoras que el cuerpo masculino, no merece la pena. Digo, en general sí que la merece pero no por la cuestión de las curvas. Y aquí se acaba este punto porque luego digredo (es decir, digo mucha cosa que no va al tema).
-Guadalajara se convirtió en Venecia (aunque sólo por un día y no en el aspecto más romántico).
-Me he reintegrado a la vida del transporte público.
-Estoy e-n-a-m-o-r-a-d-a (en pedacitos, porque si lo digo todo junto me apanico y me atraganto).
-A veces me siento irremediablemente fea (aunque nunca opaca).
-Aclaración: yo me llamo Sara Carolina pero soy saRa Mandarina.
-Me robo el internet.
-Me acojona el futuro inmediato del país.
-Qué cosa más rara es esa cosa rara que hay entre hombres y mujeres que aparenta ser amistad pero no lo es (aunque casi) y roza, constantemente, en otras cosas donde los besuqueos y los fajes y las palabritas de amor (casi siempre de plástico) son normales, válidas, hasta un poquito necesarias.
-Tener acné da mucha hueva, pero ni siquiera por el hecho de tenerlo en sí sino porque la banda siempre: te aconseja cómo quitártelo; pone cara de preocupación terrible como diciéndote: ¡que te agarren confesada porque no vas a conseguir un novio que te saque de solterona (y por lo tanto de débil, de marginada... ¿ven lo que les decía de que ser mujer es duro?)!; o simplemente porque se burlan de ti (ejemplo, hoy Beto me dijo: ¡wey, te salió una frente en la espinilla!). Mega Ash.
-Los desayunos vegetarianoides y sanoides del mercado de Zapopan están buenísimos.
-¿Quién me ha robado el mes de abril?
-Películas buenas: REC, Sobreviviendo a mi Ex, La otra reina, Arráncame la vida, Conversaciones con la Otra, Camino Salvaje.
-Película archi mala: Misión Babilonia (que conste aquí que yo no quería entrar).
-Cosas que sé que no soy: rencorosa, rubia, anoréxica, sports lover, disciplinada, estéril (en el único sentido que no me consta es en el sexual. Nunca he quedado embarazada, así que existe la posibilidad), fría, indiferente, intrigosa, mentirosa, destacada en ciencias naturales o exactas, alta, y por último (digo, hay más pero entonces este punto se haría interminable), rebelde.
-Frases que me cagan: "¡sé feliz, la vida es corta/bella!", "o sea, ¿cómo?", "¡obvio!", "es que tú eres bien culta", "me caga leer", "la revolución francesa fue como en el siglo XVI, ¿verdad?" Y otras tantas...

Finalizo con una estampa de otra vida.

viernes, 5 de septiembre de 2008

La risa

"Los ángeles no son partidarios del bien sino de la creación divina. El diablo es, por el contrario, aquel que le niega al mundo toda significación racional.

La dominación del mundo, como se sabe, es compartida por ángeles y diablos. Sin embargo, el bien del mundo no requiere que los ángeles lleven ventaja sobre los diablos (como creía yo de niño), sino que los poderes de ambos estén más o menos equilibrados. Si hay en el mundo demasiado sentido indiscutible (el gobierno de los ángeles), el hombre sucumbe bajo su peso. Si el mundo pierde completamente su sentido (el gobierno de los diablos), tampoco se puede vivir en él.

Las cosas, repentinamente privadas del sentido que se les supone, del lugar que tienen asignado en el pretendido orden del mundo, provocan nuestra risa. La risa pertenece pues, originalmente, al diablo. Hay en ella algo de malicia (las cosas son más ligeras de lo que parecen, nos permiten vivir más libremente, dejan de oprimirnos con su austera severidad).

Cuando el ángel oyó por primera vez la risa del diablo, quedó estupefacto. Aquello ocurrió durante algún festín, estaba lleno de gente y todos se fueron sumando, uno tras otro, a la risa del diablo que era fantásticamente contagiosa. El ángel comprendía con claridad que esa risa iba dirigida contra Dios y contra la dignidad de su obra. Sabía que debía reaccionar pronto, de una manera u otra, pero se sentía débil e indefenso. Como no era capaz de inventar nada por sí mismo, imitó a su adversario. Abriendo la boca emitió un sonido entrecortado, brusco, en un tono de voz muy alto, pero dándole un sentido contrario. Mientras que la risa del diablo indicaba lo absurdo de las cosas, el grito del ángel, al revés, aspiraba a regocijarse de que en el mundo todo estuviese tan sabiamente ordenado, tan bien pensado y fuese bello, bueno y pleno de sentido.
Así, el ángel y el diablo, frente a frente, con la boca abierta, producían más o menos los mismos sonidos, expresando cada uno, en su clamor, cosas absolutamente opuestas. Y el diablo, mirando reír al ángel, reía más aún, mejor y más francamente, porque el ángel que reía resultaba infinitamente ridículo.

Una risa que hacer reír es el desastre. Sin embargo, los ángeles lograron alcanzar algunos resultados. Nos engañaron a todos con su impostura semántica. Sólo hay una palabra para designar su imitación de la risa y la risa original (la del diablo). Hoy la gente ya no se da cuenta de que la misma manifestación exterior esconde dentro de sí dos actitudes internas absolutamente contradictorias. Existen dos risas y no tenemos palabras para distinguir la una de la otra."

Milan Kundera
El libro de la risa y el olvido
Pp. 96 y 97
Ed. Seix Barral. Biblioteca breve.
México, D.F. 2006

miércoles, 3 de septiembre de 2008

La vejez es muy cabrona. Muy.

Desde que estoy muy pequeña nos ha quedado claro a mí y a la gente que me conoce que estoy "adelantada", como muy madura, casi demasiado (quizás algunas -o muchas- veces mi familia disienta, sobretodo estos días). En ocasiones, incluso, yo siento como si fuera una mujer de muchos más años encerrada en el cuerpo de una chica con acné, ojos grandes y facha de hippie intelectual.

Sobretodo este semestre han venido varias novedades. Estoy absolutamente consciente de que veo con otros ojos mi entorno. He cambiado. Y se nota en muchas cosas, pero sobretodo:
- Soy más exigente con mi participación en clase. Casi siempre que participo (que es muchísimo, considerando mis autoexigencias), creo que estoy diciendo puras pendejas.
-Me estoy comprometiendo febrilmente con mi pasión por escribir. Esto implica muchas más cosas de lo que podría parecer en principio. Significa: renunciar a la mayoría de las salidas sociales que tanto me encantan; estar encerrada en mi habitación horas y más horas; soportar estoicamente las adversidades y considerar más bien las aparentes desventajas como oportunidades (por irresponsable ya no tengo coche; perdí un pupilente y veo muy mal con los lentes que poco a poco se enchuecan y aguadan más; estoy en un plan de austeridad económica...) para forzarme a mí misma a encerrarme en mi universo de las letras.

De seguro estarán pensando "¿qué coño tiene que ver el primer párrafo con el segundo?". Pues ahí les va. Haber afianzado más mis gustos, pasiones y vocaciones ha devenido en miedos. Y los miedos están relacionados con el transcurrir de los años. Por eso son los viejos los necios, los temerosos y no los jóvenes, que todavía tienen (¿tenemos?) fuerzas para ser valientes y poco mundo como para aferrarse a las cosas, a su incipiente construcción de la vida, a su cosmovisión recién parida. Y yo me siento vieja en ese sentido. Creo fervientemente que existe de facto la posibilidad de volverme loca (si consideramos que la locura es la incomprensión social del muy particular punto de vista de cada quien), pues cada vez soy más condescendiente con mis arranques de "individualidad" (por ej., si en clase me apetece de repente reírme, voy y lo hago...). Y eso me aterra. También me paniquea muchísimo el miedo al fracaso. La idea de volcar todo mi ser en una actividad y que ésta resulte estéril es algo que me transtorna.
Y con mi novio, al ser tan nuevecita nuestra relación, me enfrento a ciertos aspectos de mi persona que desconocía por no "estrenar" novio desde los 17 años. Cuando hablamos de nuestras visiones de las cosas me doy cuenta que peleo con uñas y dientes por defender mi idea de las cosas, por no ceder, por no perderme a mí misma. Se diría, en palabras fáciles, que no "me aliviano". Y considerando que tengo veinte años, eso está muy cabrón. Tener tan fuertemente estructurado y cimentado mi mundo me hace más susceptible de resquebrajarme. ¡Pavor!

Y una última cosa, relacionada también con reflexiones que ha suscitado mi noviazgo. Creo que ahora entiendo por qué es más difícil entablar una relación formal con alguien mientras más grande se está. Uno va haciendo casi amistad con los fantasmas y los miedos que lo acosan, y cuando llega el momento de convivir con alguien más y ceder y acoplarse y acostumbrarse, uno ya no está tan dispuesto a flexibilizarse, a amoldarse. Uno presenta más resistencia hacia la idea de "aguantar" al otro. Mi consuelo es sentir, en momentos donde podría creer que ya no quiero seguir adelante, en algunos rincones oscuros de mi ser, las fuerzas suficientes para decir "vale la pena". ¡Caramba, ahora que lo pienso, nunca antes había reflexionado en lo fuerte que es esa frase! ¡Que algo sea tan bueno como para soportar una pena! Si bien ni mi relación ni mi proceso personal en la misma son tanto así como penosos, sí requiere un esfuerzo que estoy dispuesta a hacer. Y así, me siento un poquito más joven. Finalmente, la Real Academia de la Lengua Española define a un Duende como:
"Ser fantástico de los cuentos que altera, positiva o negativamente, la vida de la gente."
"Gracia o encanto especial, casi mágico, que tiene una persona o cosa."

Si la infancia es un río caudaloso que fluye libre, la vejez es una masa densa que tiende a estancarse.

lunes, 1 de septiembre de 2008

Mi cola fue a parar a El Mero Grullo

Resulta que mi chavo me invitó a pasar el fin de semana a la tierra del Cheshvan. Y fue la mera onda. El viernes que llegamos nos recibió su mama, una señora de lo más noble, servicial, alburera y simpática. Bieeen linda, la Tere. Ese día nos fuimos a La Bodeguita, un bar que está enfrente de La Alameda. 'Re te fresón, el bar, con equipales y toda la onda. Lo que de plano no tuvo nada de fresón fue el Karaoke y unas pinches morras con complejo de Julieta Venegas que nomás nos estaban poniendo a todos hasta la madre. Por supuesto, Cheshvan y Víctor se echaron una cantada de lo más chula (nota: como previamente habíamos nosotros -entiéndase por nosotros: el abuelo, Víctor, Duende, Cheshvan y yo- nefasteado a las acomplejadas de glamurosas, cuando Ches y Vic se pusieron a "cantar" aquellas tipas vengativas se desquitaron y abuchiaron a mis amiguis). ¡Ah, y cómo olvidar a la entrañable Ana La Luchadora! Resulta que estábamos todos cotorriando sentados en la banqueta afuera del bar del que nos acababan de correr y que se arrima una chica que también había karaokeado pero simulando a Shakira (incluso interpretó magistralmente -jajaj- sus movimientos de caderas) y que se empieza a ligar al Ches. Y que al Ches no le importa. Estaban hablando todos con esta chica que cada vez hacía más evidente que quería esa noche a Ches en sus sábanas cuando Duende y yo nos fuimos a dar un beso en paz (los amigos de mi novio continúan su labor de nefasteación) abajo de un árbol enfrente de todos los demás. Así la cosa cuando de repente quito la mirada de la cara de mi chavo y veo que Ana/Shakita está haciendo un SPLIT de la NADA!!!!!!! Oh my fuckin God!!!!!!!!!! Y Cheshvan y toda la bola con cara de que estaban presenciando al mismísimo Diablo haciendo gimnasia. Cristo Redentor, fue increíble y aún no lo supero.

Poco a poco, yo me fui poniendo súper inflamada y estreñida hasta el punto en que ni siquiera podía caminar rápido o moverme mucho. Realmente creí que me iba a morir. Tuve miedo. Pero neeeeeel. A la mañana siguiente amanecí igual de inflamada pero sin dolor alguno. El sábado fuimos al río llenos de ilusiones: "vamos a nadar", decían algunos; "quizá veamos un arcoiris y una sirena nos salude", decían otros. Pero pura madre. El río estaba bieeeen crecido por las lluvias y pues cuál bañada y cuál arcoiris y cuál sirena. La naturaleza nos dio atole con el dedo. A lo más que llegamos fue a cruzar CAMINANDO el río (la corriente estaba pinche fuertísima y casi nos carga el payaso) y ser víctimas de una picotiza descomunal y apocalíptica por parte de los mosquitos aborígenes. Anyways... Nos piramos a la chingada de ahí y nos fuimos a comprar un posho y unos chesquitos. Y ya íbamos muy monos todos al lugar donde íbamos a comer (muy bucólico, por cierto, con pajaritos y un silencio muy tranquilizador) y que nos agarra la lluvia. Y que no nos agüitamos. Y que nos mojamos bajo la lluvia. Estuvo perrísimo. Estaba bien fría pero era una sensación bien chingona: solos quién sabe dónde rodeados de naturaleza y con un chubasco mojándonos. Ahí nos pusimos a gritar y reír y los muchachos a bailar como changos (para entonces ya habían llegado también Memo, Vladi y Mextli, la novia de este último), quién sabe por qué chingados. Y de súbito el Cheshvan se puso bien místico y nos enseñó una canción satánica para invocar a la lluvia. Y la dijimos todos con los ojos en blanco y al revés y dejó de llover. Jajaja, la neta sí dijimos una canción indígena para invocar lluvia y sí se detuvo, pero no era ni satánica ni nosotros actuamos como poseídos (bueno, finalmente ellos bailaban como changos). Y nos sentamos en una banquita de cemento y a comer posho. Jijijí, jajajá, todo muy padre hasta que me di cuenta que todos habían tragado como cerditos y a mí no más me habían dejado una pinche piececilla de pollo. En vista de que como despacio, algún cabrón por áhi se avorazó y me quitó MI ración de alimento. Pero no supe quién...

Fuimos a la casa de Ches a bañarnos y la chingada y de ahí a una fiesta que fue la mera onda. Mi cerebrito estaba produciendo un chingo de endorfinas y estaba todo hiperactiva y eufórica baile y baile y brinque y brinque al ritmo de los grupos TOP MACHIN de la secu, como Offspring, Red Hot Chilli Peppers y Deftones. Terminé bieeeen cansada.

Y el domingo nos levantamos y fuimos a desayunar un desayuno de esos domingueros mexicanotes grasossísimos deliciosos. Mmm... Y nos retachamos a la casa y pasé el resto del día leyendo, hasta que ya fue la hora de regresarnos.

Por cierto...

Citricidades...

Voy tan rápido que no me alcanzo a mí misma. Soy un remolino incomprensible para cualquiera, incluida yo. Paso enfrente de los cristales y soy un reflejo borroso, febril, repentino, momentáneo, huidizo. Huidizo. Sí, sí que huyo. Me escondo, cuando puedo, bajo el edredón de mi comodísima cama. Me escondo en los brazos de Duende. Me escondo frente a la pantalla de mi computadora para huir entre las letras como huyen un desquiciado, un ingenuo, entre las paredes de un laberinto. Pero la literatura siempre me agarra. Me cacha con las manos en la masa. Si yo me quiero esconder, las letras me expulsan de su reino encantado por reinas y príncipes feroces y valientes, que dan la cara y que no temen.
Yo soy efervescente y rápida, tan rápida que mis ojos no alcanzan jamás a mi espalda. Pero voy eternamente en búsqueda de un momento por congelar, de un beso por saborear, de unos ojos por memorizar. Conduzco rápido pero escucho música tranquila. Me enamoro rápido pero degusto suavemente. Hablo rápido pero (procuro) pienso lento.
Soy la encarnación de la prisa en eterna búsqueda de la lentitud, en fin.