miércoles, 11 de junio de 2008

De días ligeros...

La tormentosa pasión de mi febril existencia me dejó descansar hoy. Y la eché de menos (jaja, soy lo peor). Pasé el día tranquilita... casi sedada. Bueno, no. Para nada, de hecho. Cerré algunos círculos del pasado que me tenían más o menos atada y angustiada y ahora estoy un poquito mejor. Me está costando un poco de trabajo el proceso de desenraizamiento de Guadalajara y acoplo a Tepic (creo que es la primera vez que especifico desde que creé el blog que estoy en la capital nayarita y no en la perla tapatía).
También me puse a desenterrar fotos del pasado más olvidado (olvidado por bueno y falto totalmente de romanticismo... qué memoria tan estúpidamente elitista) y encontré unas maravillas, unas verdaderas joyas.
Así que esta entrada es básicamente... las instantáneas de otra vida que mi corazón atesora pero mi mente insiste en ignorar. Disfruten. (Recomendación musical del día: Joy Division: 24 hours)El día que mi hermano y yo festejamos nuestros cumpleaños número 18 y 25, respectivamente. ¡Miren mi cabello, por Dios! La ultra mera sensación... La sexy que está a mi lado es mi prima Lucy (tengo entendido que ya no está soltera, apacígüense). Mi hermano, por cierto, es una de las personas que máaaas quiero en el mundísimo. Me exaspera, me estresa, me saca de mis casillas, me conoce, me entiende, nos queremos, le confío, lo admiro, le soy paciente... mmm... sí... esto es amor de hermanos.
Este par es mi hermana y mi cuñado (no respectivamente, of course) y para el observador despistado (jajajaja, qué incongruencia tan deliciosa) arriba de nosotros está un puñado de lagartijas bien simpaticonas. Estamos en el zoológico (me caga la gente que dice zoo, aunque yo también lo hago de temps en temps -o sea, a veces, dicho en francés) y esta foto me parece taaaan bonita. En la cara tengo impresa una felicidad bien tierna, como si me sintiese en ese momento absolutamente cómoda y feliz, segura, protegida; además ahí tengo el cabello cortito (estoy pensando en cortármelo... como que no me veía tan pior con él así) y con la gorrita me veo bien europea (jajaja, qué idiota). Y lueeego mi hermana se ve bien feliz, y bien bonita. Y mi cuñado, bueno, pues tiene cara de tronco, como acostumbra ponerla en las fotos... pero es chido el Rafa (jajaj, nótese mi comentario de consuelo después de escupir la culerada). A mi hermana también la quiero muchísimo. Con ella siempre ha sido muy difícil porque, como las mejores cosas de la vida, ella es una combinación entre impenetrabilidad y fragilidad. Los gritos más histéricos que recuerdo son suyos. Las lágrimas más tristes y sinceras también le pertenecen. Es una flor hermosa y, por lo mismo, al ser tan preciada, está llena de espinas.
Y en esta última estoy yo, con una bufanda de lo más hippie y mi cabello chiquito, súper chubi dubis. Y, cómo no, rodeada de catrinas. Quizá yo soy una catrina más. Soy la muerte disfraza de vida colorida... Quizá soy la alegría que esconde un vacío... Quizá no. Prefiero dejar la posibilidad abierta, porque de otra manera se pone muy trágica la cosa. Esto es en el DF, en octubre de 2006, cuando mi carnal y yo nos súper lanzamos al concierto de nuestro nunca suficientemente ponderado Joaquín Sabina... ah, el flaco! (no puedo dejar escapar la ocasión para recomendar la canción de él que más me gustó hoy: Eclipse de mar)... Qué delicia de concierto... y qué mini-peda tan chistosa que nos pusimos con la pre-copa del concierto jaja.
Bueno, comenten, comenten!
Por cierto, en mi entrada anterior recibí un comentario de un anónimo... y sospecho que es de un ser humano que vive en la esquina de una calle que lleva por nombre el mismo que la diminuta amiga de Mafalda que esta última conoció en unas vacaciones al mar (y cuya madre es traductora de libros escritos en francés); es, además, una de las tres máximas de la República Francesa... Espero me lo confirmen...
Besos para todos! Hoy todos se los merecen!

1 comentario:

Anónimo dijo...

Hola Bella Sara:

Antes que nada deseo felicitarte por tu blog; veo que estamos muy ocupados en el rescate de la memoria histórica, como quien hace mudanza para vivir en otra etapa de la vida. Aunque a veces insistes en volcarte con altas dosis de autodesprecio, estoy convencido de que en el fondo estás consciente de lo especial que eres, y de la hermosa persona que estás construyendo día a día. Si acaso por un momento olvidaras, por extrañas maniobras del destino, tan evidente cuestión,ahí estaremos algunas decenas de personas para recordártelo, comenzando claro, por tu familia. Te mando mi cariño con este comentario, y si me permites la sugerencia, no mates la magia de tu prosa con la descripción precisa de tu "descalzonada" etapa, jajaja.

Un beso enorme bellísima señorita.

Atentamente,

El hombre del eterno ocio