miércoles, 17 de junio de 2009

Una visita a los muertos

Hoy fuimos Angel y yo al Cementerio y estuvo bien curado. Descubrí que:

-acá la banda inmigrante no se integra del todo sino que se congrega con los paisanos. Así queda demostrado también en el panteón, que está separado en su parte judía (centenares de tumbas); china (muy sobria); italiana (ostentosa); europeos del este (equis) y bomberos y militares canadienses (pues bien acá, evidentemente).

-el apellido judío más repetido en el cementerio era Cohen y el nombre de Sarah estaba escrito por doquier.

-en la cultura judía se le lleva piedras a los muertos en vez de flores. Weired.

En ese cementerio encontré gente que murió a los 102 años, a los 15, a los 10 días; gente que cumplía años el mismo día que yo; gente que se llamaba como yo firmaba hasta hace algunos años (Sara Elías); gente nacida en Casablanca; viudas que no vivieron más de un mes sin sus esposos; inscripciones que sugieren un dolor que las palabras no pueden abarcar ni sanar.

Algunas fotillos.

Un Perez perdido

Enterramos una manzana. En paz descanse.

Un cineasta desconocido.

Militares muertos.

La lápida de Happy (¿sería una mascota?).

2 comentarios:

Micro dijo...

jaja nice!

ese tipo de cosas está bien padre hacer

Cheshvan dijo...

Que chido,
Yo lo único que quiero enterrar es mi pene en un ano de marrano. mmm delicioso...