domingo, 4 de octubre de 2009

Precisamente hoy el mundo no tiene ningún sentido. Y yo estoy suspendida en una confusión etérea.

Por un lado me mortifica qué voy a ser y hacer cuando me gradúe. ¿Quién me va a contratar? ¿Para qué soy buena? ¿Qué le puedo aportar al mundo? El arte y la literatura sí pueden ser herramientas de cambio, pero yo no soy nada más que una más de ese inmenso bonche de gente que sabe reglas ortográficas y cree poder brindarle algo nuevo y bueno a la humanidad.
Entonces, si estoy convencida de que mi vocación es ayudar, ¿por qué siento que nada de lo que hago ayuda en absoluto?
Si sé que hay gente en mi país enterrada en la pobreza y la ignorancia, ¿por qué simplemente no voy allí y "ayudo" y aprendo y me dejo de tonterías existenciales?
No sé hacer nada bien y últimamente me la paso llorando.
¿Cuántos años tengo? ¿21? Juraría que son 13. Que alguien me devuelva los brackets.
Si está mal matar animales para comértelos, ¿cómo acceder a comer tomates llenos de plaguicidas tóxicos que causan cáncer y matan jornaleros guerrerenses que viajan a Culiacán para poder ahorrar 2 mil pesos con los cuales vivir medio año?
Ya no quiero saber nada. ¿De qué te sirve darte cuenta si no puedes hacer nada?
¿De dónde sacan fuerzas morales los activistas sociales que después el gobierno mata? ¿Es estupidez, autoboicot o el posmodernismo esto que me pasa?
Mi mamá dice que si al graduarme no encuentro trabajo, estudie un posgrado becada. Yo digo que sí, que me gusta, que no habría de otra. Pero en el fondo no estoy convencida del impacto social que tiene la investigación. Y soy lo suficientemente joven como para renunciar de una vez por todas a vivir una vida mediocre e infeliz. Siento como augurio personal esa frase de Sabina que dice "lo que iba a ser, la mierda que ha sido". Qué miedo irme a dormir esta noche y despertar estando peor, sentir que desaproveché un día más, y lo peor de todo es que parece que me da igual. Círculo vicioso de mediocridad y autoreproche.
Alguien me dijo que no me preocupe ahora por el trabajo, que tengo una cualidad que podrá obrar a mi favor. Eres muy simpática, me dijo. En realidad es un teatro que me sale bien.
Tenía tantas cosas qué platicarle a mi mamá cuando me llamó por teléfono, y todo se estancó cuando se enojó porque no he comenzado a tomarme las pastillas. ¿Y qué tal que esta inflamación eterna de amígdalas sea el primer paso de un cáncer en la garganta? ¡Pero si yo ni fumo!
Pero el mundo no tiene ningún sentido.
Ya me voy, a seguir haciendo tarea, porque luego me reprocho ser una buena para nada.
Buaj.

--------- Actualización -----------
Me encontré este post que me alivió mucho de mis penas. Está buenísimo, oíganlo. Clic aquí. Es el que dice Conversación, de Vivian Abenshushan.

4 comentarios:

alter-ego dijo...

Ayy no, y de pilón se nos muere Mercedes Sosa, quién podrá inspirarnos ahora a tratar de hacer la diferencia...

Wally Perez dijo...

Oye yo ya te dije que lo de las anginas es por no hacer ejercicio. De lo demás pues si pero así ha sido el mundo desde que comenzó la humanidad y así seguirá cuando nos hayamos muertos. Tu misma dijiste que la maldad del hombre ha sido sistematizada y que cualquier intento por cambiar las cosas es en realidad una forma más de reforzar el sistema.

Mira el trailer de este documental: http://www.youtube.com/watch?v=TB5zhbSCwKE

Ves.

El ser humano está enterrado en arenas movedizas así que lo mejor es quedarse callado y hacer poco ruido para no provocar que no hundamos más rápido.

La cosa es que como dice la canción: si tienes un problema (como el de las anginas que se resuelve con ejercicio) lo resuelves y si no se puede pues ni pa que preocuparse.

Te quiero.

Un chingo.

Cheshvan dijo...

El saber más o tener un estudio te abre la mente, eso sin duda... pero muchas veces pienso que te hace infeliz en ciertas cuestiones. Para qué preocuparnos? para qué sufrir? para qué llorar? es necesario, tal vez. Pero, qué tal si nuestra felicidad (o tal vez mi felicidad) hubiera sido quedándome en mi pueblo, donde ni siquiera me preocupe por el rumbo del mundo... vivir en la mediocridad e ignorancia, pero feliz. ¿Viviría más feliz? No sé, veo a tanta gente así, que me agüita... pero se ve que son felices en su pedo. Quién sabe pues.

Si, no puedes cambiar muchas cosas y, el sólo pensar en que no puedes hacer nada frustra... te sientes incopetente y pendejo, pero pues demos gracias a la vida que podemos estar consientes y que esa conciencia nos haga valorar lo que tenemos y lo poco que podemos hacer (remunerado o no $).
Una vez escuché a una compañera de trabajo (de ahí de Promoción Cultural), ella, abatida y desesperanzada por su trabajo anhelaba no haber estudiado y estar doblando ropa en una tienda departamental...
Vámonos al bosque Saro, a comer frutitas silvestres y hacer nuestras chozas... ahí está nuestra felicidad. Además ahorita hay hongos. esos te pueden dar la respuesta a tus males. Beso.

Anónimo dijo...

¡Venga Sara no te me derrumbes tan pronto!
Si lo que te preocupa es la chamba, ¿para qué estudiar? esa la puedes encontrar prescindiendo de la uni.
Si el objetivo principal de la uni es el mercado laboral, está destinada al fracaso porque no somos producto ni mercacía sino humanos.
He ahí una de las cosas que ya le estás aportando al mundo, ese modo de ser, esa humanización que la uni en la que estás le apuesta, es lo que hará de este mundo un poco más habitable.

¡Saludos y abrazos afectuosos!
P.D. Te recomiendo que te leas a Iván Illich