miércoles, 14 de octubre de 2009

Es cierto que las cosas se ven distintas cuando sobrevives una tragedia.

O lo que pudo haber sido una, como es mi caso. Pude haber perdido la movilidad corporal, la memoria, el coche, el semestre, la alegría, mi cuerpo como lo conozco. Pude haber perdido la vida. Pude haber matado a un amigo, o a algún conductor inocente.
Como dicen en Match Point, I rather be lucky than good. Y aquello que haya sido que hizo que las llantas de mi coche se decidieran a regresar al piso y no a inclinarse un poco más de lado, me hizo afortunada.
Qué irónico que justo anoche por teléfono comentaba la buena vida que tengo y lo mucho que me quejo, no obstante. A lo mejor Dios/el destino/el karma se emputó por mi cinismo y me quiso meter un susto. Lo logró.

2 comentarios:

eEdwin dijo...

¡hola! te acuerdas de mi, lo dudo.
soy aquel noviecito que tuviste en clases de actuacion en tepic, "el Jose" de la pastorela... ¿ya?.

Mi citricomentario es:
¡Felicidades! tu manera de redactar ha evolucionado mucho, ahora es mas natural. Tuve la oportunidad de escuchar algunos escritos tuyos hace mas de tres años, y no me agradaban por completo(y al parcer tampoco a ti), en este blog lo poco(o mucho) que he leido me ha parecido bastante interesante, me gusta la manera en que cuentas tus vivencias. prometo visitar mas tu espacio por que la verdad esta muy inteligente, decies las cosas desde tu punto de vista sin perder el enfoque de la opinion publica. Nos seguimos viendo aqui.

-Las mandarinas son mi fruta favorita, exquisitas, mi adiccion.

-si, tienes razon, boca de albañil.

Adris dijo...

ay hija, bienvenida al club de los renacidos jajaj... todo bien????

Sí, el karma se pasa a veces.