lunes, 7 de julio de 2008

Días pazguatos e intensos

Me he sentido desasosegada desde hace algunos días por la falta de publicaciones en este, mi tan querido espacio. Lo que pasó es que la semana pasada se me agudizó (yo creo) la necesidad primordial (según Maslow) de pertenencia, y me la quería pasar todas las noches, después del spinning, con Ricardo y su bolita mariguana. Y la mera verdá' es que ya me cansé y ni siquiera vale la pena. De repente llegó mi yo-patética y le dijo a mi yo-con-ánimos-de-superación: "ya súpleme, ¿no?" Entonces decidí que pasármela soltando risitas pendejas con aquella bola de aletargados definitivamente no me iba a dejar nada, y ya pasó mucho tiempo desde que me di cuenta que no soy la típica escritora bohemia amante-de-la-mala-vida. No puedo. No soy yo. Me emborracho, ¿cómo no? Pero al día siguiente a huevo me tengo que redimir: hago el aseo, leo como poseída o voy y hago el bien por un extraño (ay, jaja, qué mamón me salió eso). Así que pa' que me hago pendeja, NO PUEDO acallar jamás la vocecita que llevo dentro (parida por mi familia -mi madre, principalmente) que me dice "No, Sarita, pierdes el tiempo." "No, wei, la neta no te va a dejar nada." Y así, una lista interminable de esa nunca afónica inquilina que llevo dentro.
Bueno, les cuento. Punto por punto, porque eso de cambiar de un tema a otro de manera sutil ahorita me da flojera.

1. Por fin, ya compré las tan mentadas galletitas de Menonita. Y no sólo eso: investigué (en Wikipedia, of course) acerca de los Menonitas. Resulta que son una banda de los países bajos que la Iglesia Católica nefasteó (¿a quién no?) y son bien pacifistas y la madre del muerto... En fin, me costaron un huevo de camello (25 pesos) y no estaban tan chidas. Estaban súper aguadas y archi re contra dulces... pero pasan, la neta. Y bueno, la mera verdad es que el que me las vendió no estaba tan guapo. Me decepcioné un poco, la mera neta.

2. Ayer domingo fueron las elecciones para diputados, regidores y presidente municipal de Tepic. Desde que llegué a este rancho venido a más con complejo de cosmopolita, las calles estaban inundadas de publicidad donde se veía en mega close up la getota de todos los candidatos habidos y por haber. Mamadas por doquier al estilo "Vote x Doña Pancha (este es un lema que no me inventé, de verdad)". Bueno, y la verdad es que yo me siento indignada. Soy amante del teatro y muchos lo saben, pero me rehúso a seguirle la farsa a esta bola de mentecatos incompetentes metidos-hasta-las-narices-en-el-narco. El imbécil que ganó es del PRI (volvemos a la misma shit. Ah, no, esperen, ya no hay de otra; es que para los que alguna vez fuimos perredistas ya se nos cayó la esperanza de un cambio a los suelos) y con decirles que en toda la propaganda sale con un sombrero parido por el diablo. Una vez, charlando por teléfono con un amigo de mi hermano (esa vez fue taaan chistosa, el Mario llamó buscando a mi hermano y no estaba, así que nos quedamos él y yo más de una hora en el teléfono comentando pura babosada chistosísima) me comentó él que poco le faltaba a ese wey para salir con todo y rebaño en las fotitos. Madre mía. Pues voy a sacar los trapitos al sol y comentarles que pa' presidente voté por un médico que se lanzó por el PRD (no voté por el partido sino por el 'ñor, que es conocido de mis papás y dizque es hombre de valores), en la hoja de diputados puse una X gigantesca y en la de regidores dejé una misiva: "No conozco a ninguno. ¿Democracia?" Me conformaría con saber que le piqué el rincón político del alma de algún vecino.
México tiene un serio problema con su ciudadanía. Estamos sedados. Nos hemos acostumbrado a que todo salga mal y ya ni siquiera exigimos. Cuando algún político inepto sale con sus mamadas, a duras penas nos patea el hígado. A lo mucho nos quejamos con la familia, con los compañeros de trabajo o con el perro. Y nada más. Nada de protestas. No. ¿Cómo? Si queremos un México en paz (cada vez que pienso en el Calderón me vienen ganas de vomitar sopa de chícharos como en el exorcista). Como el IMBÉCIL del gobernador tapatío, mentándonos la madre. Híjole, mano. Yo estuve metiendo cizaña en el ITESO y resulta que había banda que ni indignada se sentía...

3. Cada vez extraño más Guadalajara y a mis muy queridos. Echo muchísimo de menos el Scratch y sus micheladas; Lili y nuestras pláticas; Luna y sus abrazos; Varo y su risa; Ricardo Chapets y su sentido del humor; Rober y su entusiasmo por la vida; Santi y su afición por el Atlas; Diego y su hiperactividad; Momo y su lindez... Faltan bastantes más, pero no hay espacio suficiente.

4. Ayer salí con El Hombre del Ocio Eterno y la pasé muy bien. Vimos la película Locura en Las Vegas y, bueno, es dominguera. Pero las pelis que vemos no son lo más importante en las salidas mías y de Manuel sino las conversaciones a priori o posteriori. Siempre hablamos de muchísimas cosas, muy interesantes a mi parecer. Ayer, por ejemplo, me platicó y explicó su teoría de la Confianza y aparte me comentó cuál es para él la diferencia entre Honestidad y Sinceridad. Todavía no he reflexionado al respecto, pero cuando lo haga se los compartiré (qué bonito verbo es compartir). Gracias, Manuel, por tu tiempo compartido conmigo.

5. Vi la película de "Goya y la Inquisición" y es una verdadera bazofia. Me parece una treta burda que hayan incluido el nombre de un pintor tan reconocido en el título sólo para hacer un film soso más atractivo. La película no trata de él. Es más, a duras penas sale de vez en cuando en algún rincón de la pantalla. La selección de la música no es la más acertada. La crítica que se hace a la institución de la Inquisición no es novedosa. El intento fracasado de tragedia shakesperiana en esa historia de amor (porque la peli eso es fundamentalmente: una historia de amor) es aburrido. Y me parece insultante que al quitarle la belleza física a Natalie Portman y hacerla actuar como loca, pierda ella toda sublimidad como cosa-por-ser-amada. ¡Qué trillado, carajo! Para eso tenemos el canal E Entertainment Television. Joder... Lo único que me parece rescatable del largo es la dirección de arte.

6. Redescubrí una colección de música clásica que compraron mis papás hace algunos años y he estado escuchando sobretodo a Schumann, ¡cómo me gusta, caramba! Romántico, tenía que ser... Espero dejar una reseña en el próximo post acerca del viaje que hago con los clásicos. Con Schumann, al menos.

¡Siento que olvido muchas cosas! Anyway, ahorita me despido porque tengo que irme corriendo al spinning. Seguro que en este ratito me acuerdo de más y vuelvo y publico algo más.

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