sábado, 26 de septiembre de 2009

Punto final.

Hace tantas mañanas que me despierto sola
que he perdido toda capacidad para los besos.

Tu recuerdo me persigue juguetón por cada rincón de la cocina
y yo le ruego que me deje en paz.
Lloro, porque no me hace caso.
Es que nunca estoy de humor, y tú eres tan necio como siempre.

Sobretodo cuando estoy manejando te escucho jugar
en el asiento trasero
y tu risa parece inundar el universo entero.
A mí me dan ganas de llorar, pero me aguanto, porque no me gusta cuando te enteras.

Disculpa, es que normalmente olvido
que la persona en quien pienso cuando estoy sola
es el chico que me miraba a los ojos al hacer el amor
no el que agachó la mirada cuando lo sorprendí
besando a una desconocida.

Nuestros amigos dicen que ya no eres tan juguetón
ni tan necio
ni tan risueño ni tan sensible.
Pero yo así te recuerdo y no quiero que tu recuerdo me pille llorando porque te extraño.

2 comentarios:

alter-ego dijo...

Ay, Dios!

Adris dijo...

me has logrado deprimir. Jaja, no es un reto estos días, pero me encantó