martes, 12 de mayo de 2009

El amor existe. Es el vacío de tus labios rellenando mi cuerpo con flores silvestres que se expanden en el horizonte y atrapan al desconocido cuerpo de la atemporalidad.
Miro las palmas de mis manos y me doy cuenta del vacío profundo y oscuro donde habitas en las noches de frío, refugiada de las historias de tragedia y buscando la respuesta a la nada.
Eres tú el amor y no tus pechos. Eres tú y el silencio y el éxtasis. Eres tú entre el humo de cigarro que inunda el bar y me asfixia en una distancia que me mata.
Poco a poco me voy quedando sin ojos. Así ya no te miras en mí. Así ya no provoco el reflejo de tu figura que tu personalidad narcisista adora. Así soy yo sin mí y tú eternamente conmigo.
Te mutilo por las noches y tú no te das cuenta. Tú eres tú en ti misma y en mi ausencia. Poco a poco pierdo la paciencia. El calor de esta primavera insoportablemente febril recorre mi cuerpo y atrapa mis vísceras. Me muero sin ti.
Eres la confusión, la tormenta, el cariño, la caricia, el grito reprimido, el aullido elevado al cielo. Eres tú, tú, tú. Eres todas las desgracias juntas y la divinidad en pantalones de mezclilla. Tú eres lo sagrado y lo sacrílego; tú eres Dios y tu propia hereje.
Tú eres mi conciencia y el cabello largo de la lejanía.
Eres el vapor de mis recuerdos y la marea de mi presente, el naufragio de mi futuro. El peor augurio y la más exquisita adivinanza.
Tú eres mi risa que llora por las noches. Eres la esperanza que agoniza en su lecho. Eres el mal, el bien y todos los besos que hay en medio. Eres el enojo, la insatisfacción, el desacuerdo, la repulsión. Eres mis ganas de asfixiarte en un beso, la locura, el desorden, las circunferencias perdidas, los amores robados, los tal vez, el adiós.
La divinidad eres tú entre mis manos volando.
Y tú te limitas a pretender que no. Sujetas la cámara y cualquier cosa se convierte interesante y yo me hago cenizas. El retrato del abuelo, el primer beso, el viaje a lo inefable, la última despedida, los abrazos y el polvo.
Tú te limitas a fotografiar, Eva, y yo a morir en tus brazos cruzados.

2 comentarios:

Zabioloco dijo...

si , existe...

y tú tienes una exquisita manera de describirlo, tanta que dan ganas de que ames más, para que sigas explicando y deleites a tu público...

saludos Citrus

alter-ego dijo...

Me encantó. Simplemente me encantó.Quiero ser una divinidad en pantalones de mezclilla. De que hablo ya lo soy!

Una vez más ma cherrie me encantó!