sábado, 30 de mayo de 2009

Reflexiones de una homesick* desempleada

Bueno, estoy por acá y a pesar de haber pasado el miércoles y el jueves enteros buscando trabajo y dejando currículums por todas partes y enviando mails a un montón de lados y el viernes tuve una entrevista de trabajo, sigo desempleada. Y a pesar de que procuro no gastar tengo la sensación de que si no gano, estoy gastando. Y algo que no deja de acosarme es esta inmensa nostalgia. Pienso ¿para qué chingados dejé la ricura de mi novio, el amor de mi familia, la comodidad de mi casa, la baratez de vivir en México, el buen clima, los amigos…? En el depa que vivo estoy durmiendo en la sala sobre un colchón inflable; a duras penas tenemos trastes; el edificio huele a muerto; tenemos unos vecinos súper amargados; los lugareños no son especialmente amables; todo es carísimo; hace un frío bien mala onda (aunque se empieza a quitar poco a poco)…
Así que bueno, ayer por la noche estaba yo sin sueño pero sin posibilidades de salir por la falta de holgura económica y sintiéndome, como la mayor parte del tiempo, un poquito desesperada, un poquito chingado-qué-coño-hago-aquí. Y me puse a pensar. Me puse a pensar en lo caras que son todas las cosas por acá. Me puse a pensar en una blusa bonita-pero-no-wow que vi la otra vez y que, además de estar hecha en China, costaba CINCUENTA dólares. Me puse a pensar que una de las personas con las que vivo ya consiguió trabajo y ayer le pagaron 50 dólares, por aprox. 5 horas como mesera. Pensé, entonces, que una jornada de trabajo era apenas suficiente para comprar una blusa hecha en China. Pensé entonces: QUÉ MAMADA: los empresarios (pequeños, medianos, grandes o gigantescos) nos quieren vender las cosas carísimas mientras que ellos pagan una baba de perico por ellas. La dueña de la tienda donde vi esa blusa NO pagó ni 30 dólares por ella; la empresa que la mandó facturar pagó, tal vez y sin exagerar, 1 dólar por ella, a una china que tiene que mantener a muchos hijos, tal vez, o sólo a uno, tal vez, porque el gobierno le mató a los demás. Pensé entonces que al igual que sobre esa china mal pagada, sobre esta mexicana inmigrante el neoliberalismo se construye. Pensé que tengo que salirme de mi país para poder pagar un adeudo, porque si me quedo en él (sin sentirme homesick y demás) no voy a poder ahorrar ni una mierda, porque los salarios son una basura que no tiene en cuenta las complejas y varias necesidades de la gente. Pensé que tengo que venir a que me paguen “mucho” (y me exploten mucho y luego me cobren mucho) a un país extranjero donde estoy lejos de todo lo que quisiera tener cerca, pasando unas incomodidades de hueva. ¿Y para qué? ¿Para gastarlo en una blusa hecha en China de 50 dólares? ¿O en unos accesorios súper chingones hechos no-importa-dónde?
Pues no. Decidí que me la voy a llevar tranquila con esto del trabajo. No voy a pasar mis días enteros tratando de conseguir uno, sino esforzarme por tener uno y esperar tener la suerte de conseguirlo. Y mientras tanto, voy a escribir, que es lo que realmente me gusta hacer y lo único que más o menos me consuela de estar aquí. Y cuando me dé la gana voy a salir y caminar la ciudad, y sentarme en una banca a ver la gente pasar. Y cuando tenga trabajo lo voy a hacer bien pero pensando en todo el resto de cosas que también puedo hacer y disfruto haciéndolas. Y con lo que ahorre voy a viajar por acá (de algo tiene que servir estar hasta estos lares), para que mi cerebro vaya disminuyendo las zonas geográficas que sólo se imagina e incremente en la memoria aquellas que ya ha visto.
Me rehúso a ser un títere más de un sistema gigantesco y automatizado que no entiende de razones y nos arrastra a todos irracionalmente en una dinámica de vida pre-establecida. ¿Porque saben qué más pensé? Que el trabajo debe tener una finalidad y yo me rehúso a ser un ente más que sólo trabaja para que le den un salario y después se lo gaste en cosas para satisfacer necesidades y/o deseos. Y también me rehúso a ser una persona que trabaje en el bando incorrecto (porque otra cosa que pensé es que en este mundo hay bandos: el que perpetúa las cosas como están y el que trata de hacer un cambio. Y absolutamente todos hacemos cosas que están encaminadas hacia uno u otro bando) de la vida. Yo quiero trabajar en algo que aporte algo valioso. Y con el dinero que gane voy a comprar cosas no-pendejas.
Concluyo: vale verga trabajar como pendejo en un país donde pasas tantas incomodidades y todo es tan caro para dejarlo en tiendas que te van a satisfacer un deseo de manera tan superficial. Por eso yo:
1. No voy a trabajar como pendeja.
2. No voy a gastar mi dinero en pendejadas, sino en sobrevivir (para no convertirme en una molestia para mis papás), viajar por estos rumbos, y ahorrar lo suficiente para pagar mi adeudo.
3. No tendré como prioridad trabajar sino pasarla bien: leer un chingo, escribir un chingo, observar un chingo, practicar los idiomas, conocer gente, viajar por aquí, recorrer la ciudad, y hacer actividades culturales como ir a museos y obras de teatro donde de seguro los actores hablarán el francés en putiza como el resto de los habitantes y yo no entenderé casi nada. Pero no importa.
Nota penúltima. Me he dado cuenta que muchos de los morros mexicanos que se vienen a vivir acá por el verano o seis meses roban cosas: bicis, comida, ropa, incluso botes de basura. Somos TAN pendejos que no nos basta con sufrir la decadencia social en nuestro propio país sino que la exportamos (nosotros, hijos de clasemedieros con posibilidades de comprar lo que necesitamos) a lugares donde no existe una inseguridad tan culera como en nuestro país. En México nos roban a nosotros y acá venimos a hacerle eso a otra gente. Casi como vagancia. Casi como si no supiéramos lo jodido que es.
Nota última. Mamá, tú que tanto me insistías en hacer conciencia sobre lo difícil que es ganar el dinero, deja de preocuparte: ahora sé perfectamente lo fácil que es sentirse tentado por cualquier mamarrachada bonita y el paso dificilísimo de ahí a sacar el billete de la cartera.

*Homesick: nostálgico de tu lugar de origen, de tu hogar.

7 comentarios:

Buen Tono 23 dijo...

Uhhh amiga es dificilisisisisisismo hacer una nueva vida y a veces nos entra la desesperación pero como dicen los argentinos: AGUANTE SARA MANDARINA! :D

todo pasa por algo ;) ens erio tu esfuerzo se vera recompensado!!!!

Para pasar un rato agradable y tal vez olvidarte un poco dejanos entretenerte :D entra a nuestro podcast y disfruta la buena onda :D no cobramos y no tienes que sacar ningún billete ;) all for free saludos!!! y ánimo

Martha de la Rosa dijo...

Mi muy amada hermanita... pa que chingaos te fuiste??? ahora tu estas triste alla y yo triste aca, nomas me consuela mi hermosa sofi. Tengo tanto que decir y a ti es a la unica que se lo puedo decir y no estas.... MERDE!!!!!
Le digo a sofi: quieres ir a ver a tu tia sarita a canada? y asienta con su cabecita y despues eleva una manita por el aire y dice shhhh, es su sonido para indicar que el avion despega.
Te quiero mucho linda hermanita y todos los días te dedico lindos pensamientos para que la vida te sonria :)
cuando llegues te preparare mil cosas deliciosas de comer vale?
Besos llenos de amor mandarinita

Wally Perez dijo...

Tranquilizate. De todo se aprende. Y sí te tienta esa blusa por algo será. Que mal pedo lo de los morros rateros, por algo tus vecinos se muestran amargados.

alter-ego dijo...

Mi amada sarita: El homesick es un proceso natural U'll get through it. Además me parece que a fin de cuentas resultó por demás positivo ahora sabes que es lo que quieres y cómo vas a vivir tu viaje al máximo.


Bisous!

"Hablo con dejo de otros mares y ya no sé que arenas guardaran secretas aquel puñado de historias que fui tan lejos de aquí"
Liliana Felipe

Zabioloco dijo...

Mira Citrus, que yo me fuí a lo opuesto, en Cuba se valoran las cosas a la Inversa...

pues trabajele
pero como México no hay dos...

La experiencia es lo más imortante, así com la oportunidad que nos da para leerte en otros aires... por lo menos el internet no cuesta 8 euros la hora o sí?

Lo del novio; que te digo, pues agarrate a un canadiense un rato.

viva méxico...

Anónimo dijo...

wey... casi lloro. qué bonito escribes! me identifico mucho con todo lo que escribes, me da mucho gusto que tus circunstancias te ayuden a reflexionar estas cosas. ánimo saris, te quiero!

Micro dijo...

Muy bien sarola!

ánimo. Vaya que yo me siento como tu a cada momento, y eso que estoy de este lado (en lo laboral pues).

Registra todo y compartelo en tiempos de cero trueque mi estimada.

Hoy me regalaron una clase de yoga, e iré con mi amada.

:D