Y vuelvo hoy a mi rincón de polvo
a relamer mis heridas
a recostarme entre los recuerdos basura
como un gato fantasmagórico.
Y vuelvo hoy a desprenderme de mis demonios
malcriados, abruptos
que corren siguiendo mis huellas
para morder a quienes yo quisiera abrazar.
Y vuelvo hoy a ser el retrato feo
que cuelga de un muro de mi casa vida,
y arruina la estancia de los invitados.
No tengo otro remedio que observar
quietecita
el llanto de los que me miran directo a los ojos.
Y vuelvo hoy a ser fruta madura
que cae del árbol
con altanería y desgracia
y comienza lenta y sola su putrefacción allá abajo.
Y vuelvo hoy
a ser este pedazo, este intento de humano
que no tiene más desdicha ni más gracia
que ser mujer y poeta.
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