lunes, 1 de septiembre de 2008

Mi cola fue a parar a El Mero Grullo

Resulta que mi chavo me invitó a pasar el fin de semana a la tierra del Cheshvan. Y fue la mera onda. El viernes que llegamos nos recibió su mama, una señora de lo más noble, servicial, alburera y simpática. Bieeen linda, la Tere. Ese día nos fuimos a La Bodeguita, un bar que está enfrente de La Alameda. 'Re te fresón, el bar, con equipales y toda la onda. Lo que de plano no tuvo nada de fresón fue el Karaoke y unas pinches morras con complejo de Julieta Venegas que nomás nos estaban poniendo a todos hasta la madre. Por supuesto, Cheshvan y Víctor se echaron una cantada de lo más chula (nota: como previamente habíamos nosotros -entiéndase por nosotros: el abuelo, Víctor, Duende, Cheshvan y yo- nefasteado a las acomplejadas de glamurosas, cuando Ches y Vic se pusieron a "cantar" aquellas tipas vengativas se desquitaron y abuchiaron a mis amiguis). ¡Ah, y cómo olvidar a la entrañable Ana La Luchadora! Resulta que estábamos todos cotorriando sentados en la banqueta afuera del bar del que nos acababan de correr y que se arrima una chica que también había karaokeado pero simulando a Shakira (incluso interpretó magistralmente -jajaj- sus movimientos de caderas) y que se empieza a ligar al Ches. Y que al Ches no le importa. Estaban hablando todos con esta chica que cada vez hacía más evidente que quería esa noche a Ches en sus sábanas cuando Duende y yo nos fuimos a dar un beso en paz (los amigos de mi novio continúan su labor de nefasteación) abajo de un árbol enfrente de todos los demás. Así la cosa cuando de repente quito la mirada de la cara de mi chavo y veo que Ana/Shakita está haciendo un SPLIT de la NADA!!!!!!! Oh my fuckin God!!!!!!!!!! Y Cheshvan y toda la bola con cara de que estaban presenciando al mismísimo Diablo haciendo gimnasia. Cristo Redentor, fue increíble y aún no lo supero.

Poco a poco, yo me fui poniendo súper inflamada y estreñida hasta el punto en que ni siquiera podía caminar rápido o moverme mucho. Realmente creí que me iba a morir. Tuve miedo. Pero neeeeeel. A la mañana siguiente amanecí igual de inflamada pero sin dolor alguno. El sábado fuimos al río llenos de ilusiones: "vamos a nadar", decían algunos; "quizá veamos un arcoiris y una sirena nos salude", decían otros. Pero pura madre. El río estaba bieeeen crecido por las lluvias y pues cuál bañada y cuál arcoiris y cuál sirena. La naturaleza nos dio atole con el dedo. A lo más que llegamos fue a cruzar CAMINANDO el río (la corriente estaba pinche fuertísima y casi nos carga el payaso) y ser víctimas de una picotiza descomunal y apocalíptica por parte de los mosquitos aborígenes. Anyways... Nos piramos a la chingada de ahí y nos fuimos a comprar un posho y unos chesquitos. Y ya íbamos muy monos todos al lugar donde íbamos a comer (muy bucólico, por cierto, con pajaritos y un silencio muy tranquilizador) y que nos agarra la lluvia. Y que no nos agüitamos. Y que nos mojamos bajo la lluvia. Estuvo perrísimo. Estaba bien fría pero era una sensación bien chingona: solos quién sabe dónde rodeados de naturaleza y con un chubasco mojándonos. Ahí nos pusimos a gritar y reír y los muchachos a bailar como changos (para entonces ya habían llegado también Memo, Vladi y Mextli, la novia de este último), quién sabe por qué chingados. Y de súbito el Cheshvan se puso bien místico y nos enseñó una canción satánica para invocar a la lluvia. Y la dijimos todos con los ojos en blanco y al revés y dejó de llover. Jajaja, la neta sí dijimos una canción indígena para invocar lluvia y sí se detuvo, pero no era ni satánica ni nosotros actuamos como poseídos (bueno, finalmente ellos bailaban como changos). Y nos sentamos en una banquita de cemento y a comer posho. Jijijí, jajajá, todo muy padre hasta que me di cuenta que todos habían tragado como cerditos y a mí no más me habían dejado una pinche piececilla de pollo. En vista de que como despacio, algún cabrón por áhi se avorazó y me quitó MI ración de alimento. Pero no supe quién...

Fuimos a la casa de Ches a bañarnos y la chingada y de ahí a una fiesta que fue la mera onda. Mi cerebrito estaba produciendo un chingo de endorfinas y estaba todo hiperactiva y eufórica baile y baile y brinque y brinque al ritmo de los grupos TOP MACHIN de la secu, como Offspring, Red Hot Chilli Peppers y Deftones. Terminé bieeeen cansada.

Y el domingo nos levantamos y fuimos a desayunar un desayuno de esos domingueros mexicanotes grasossísimos deliciosos. Mmm... Y nos retachamos a la casa y pasé el resto del día leyendo, hasta que ya fue la hora de regresarnos.

Por cierto...

1 comentario:

mitch dijo...

¿sábes qué es lo mas triste? que quieras hacer pendejos a tus papás. ¿y sábes qué es todavía más triste? Que no hayas tenido ninguna consideración conmigo.