martes, 11 de agosto de 2015

Sobrevivir al (puto) calor

El calor en Puerto Vallarta es causa de erupciones iracundas. Es fuente de mentadas de madre. Es origen de presión sanguínea baja. Es germen y consecuencia de la estupidez humana (o por lo menos de lentitud mental) (consecuencia porque antes no era tan caliente: el ser humano ha incrementado la temperatura). Es el principio de gotas de sudor en la cara; de ríos de transpiración que bajan por los costados, empezando en las axilas; ríos de transpiración que bajan por las piernas, empezando en las nalgas o el sexo; ríos de transpiración que bajan por entre los pechos, empezando quién sabe dónde. Es razón para pereza y justificación para el encierro. Neta: chinga tu madre, calor.

He visto gente que carga con una pequeña toallita y se limpian, una y otra vez, el sudor de la cara. Yo, que he batallado con acné, uso el dorso de los dedos índice y corazón para limpiar la parte superior e inferior de mis labios, y cuando me siento más desesperada o valiente, de plano uso la palma de ambas manos para recorrer mi frente y mi nariz y dejar de sentir que estoy corriendo un maratón sentada sobre la silla. Voy a considerar conseguirme una de esas toallitas, la ventaja es que como no uso maquillaje, no hay problema de despintarme. La única bronca es que se me cae la crema humectante. ¿Pero quién necesita más humectación con tanta pinche humedad?

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