martes, 3 de mayo de 2011

Ahora sí: voy a mandar a la mierda...

A esa estúpida serie que alguna vez tuve la mala idea de llevar a cabo: la de los himnos de los noventa. No me gustaba y cada vez que escribía un post nuevo sentía el inmenso peso de la ignorancia y del disgusto caerme encima. La verdad es esta: no sé casi nada sobre música y tampoco sé lo suficiente sobre los movimientos sociales de Estados Unidos respecto a juventud y rock. Ya. Ahí está. Lo dije. No me apetece seguir escribiendo sobre eso. Y quizás si este fuera un blog respetable (o con una autora respetable) yo podría forzarme a seguir escribiendo sobre lo mismo, para respetar ese supuesto compromiso que tal vez yo debería tener hacia mis lectores. Pero la verdad es que quien esto lee sabe que no se puede esperar ni disciplina ni profundad ni constancia (tal vez ni calidad) de esta bitácora medio oxidada.

De lo que voy a hablar aquí y ahora es de las canciones que hablan del amor. Ya sé: otra vez de música. Pero esta vez no pretendo (las pretensiones suelen ser un error) que ustedes aprendan nada, ni siquiera haré investigación, como las veces pasadas. Creo, es más, que esto es otro post catártico. Otro más.

Como decía: las canciones de amor. Me tienen harta. Siempre hablan de lo mismo, desde hace siglos y esto es literal (bueno, aunque hace siglos tal vez no tenían guitarritas, pero los juglares, en sus poemas, ya incluían temas de desazón amorosa o de enamoramiento febril). Que si te extraño, que no me enseñaste a vivir sin ti, que si te va a cargar la chingada porque soy lo mejor que te pudo haber pasado, que si ojalá que te vaya bien mal para que vuelvas conmigo.

Pueden tener letras de resentimiento, de profundo anhelo, de sincera confesión, pero siempre son discursos dedicados, pensando en alguien, esperando que esa persona lo escuche y quizá entienda, quizá nos recuerde, quizá reconsidere la decisión.

Ya lo han dicho antes: parece ser que sólo se puede hablar del amor, de la muerte y de las moscas. Grandes cantantes como Agustín Lara, José Alfredo Jiménez o pésimos como Thalía, Gloria Trevi y OV7 comparten esta fijación de repetirle, en una canción y en otra, en un disco después del anterior, a "esa persona", ese "tú" tan cómodo, porque podemos ser cualquiera, que cómo vivo sin ti. ¡¿Cómo que cómo, si llevaste una vida antes de conocerlo a él o a ella?!

En fin, lo que intento decir es que no me gusta el tono sufrido ni la perorata declarada. ¿Por qué no mejor una canción de introspección, de tus aventuras con tus compas, de las cosas que nos gustan un chingo aunque estemos solos o mal acompañados? ¡Es más! ¿Por qué no una canción repetida hasta el infinito sobre la infinitud de problemas que representa tener una relación de pareja? Así al menos estaríamos advertidos, y no enmielados en una fantasía trillada y hueca.

Por eso, me gustan mucho las siguientes canciones, por frescas y originales, en el tema o en el tratamiento del cansino (¿o cansado?) tema del "amor":

Todo se transforma, de Jorge Drexler. Simplemente, porque dice la verdad: el amor se recicla, pero también la indiferencia, el odio.

Stinkfist, de Tool. Habla de un problema de vacío existencial que luego le exigimos a la pareja que solucione.

No hay nadie como tú, de Calle 13. Porque la neta está bien bonita y simpática y aunque no estemos enamorados deberíamos de darnos cuenta de que, efectivamente, no hay nadie como nadie. Estaría bien chido tener la posibilidad, la sensibilidad, de encontrar la belleza y la excepcionalidad en cada uno.

Y ya. Fin de este blog catártico en que me he reapropiado de mi propio blog, sustraído de mi poder por una mala decisión mía.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

bien que lo dices! un maestro de jazz me dijo que prefiere la instrumental porque usan nuevos patrones, y cuando usan la letra se van por el viejo "te quiero, te fuites, la cagates"

ayer justamente cambiaba el fm de mi coche y nomas no encontraba donde quedarme. puro amor. qué weba de radio.

Marius Felix Bemba dijo...

uy esto amerita un coffee de felicitaciones doña Sara... que chingon que te pasan estas cosas y yo puedo leerlas.... ciao