domingo, 30 de octubre de 2011

No quiero significar nada*

Un día de invierno
voy a desaparecer.

Lento, me internaré
en la espesura de cierto bosque
que convierta mis lágrimas en microcosmos.

Voy a buscar en el frío de mis huesos
el olvido de esta sensación inédita
de mutismo.

Me desharé, poco a poco,
de esta vida que no quiero,
que se me agolpa en la garganta,
que muere en mi lengua.

Te encontraré en los lagos
cuando asomada a la superficie me devuelvan mi reflejo
y sonreiré,
porque eso habrías hecho tú.

Voy a tomar de ti
lo que sé y lo que amo:
me lo voy a guardar en las venas
y en silencio deambularé entre los árboles,
protegiéndote del frío al que irreversiblemente me habré entregado,
pensando sólo pensamientos dulces, pensamiento caricias
que no habrán de lastimarte nunca.

*"no quiero significar nada" es una frase de un libro que desconozco y no he leído, pero que me compartió un amigo. Desde el mismo día en que me la dijo, me sentí identificada con ella, pues al fin pude encontrar palabras para esa sensación que no podría nombrar de otro modo. El deseo de sólo ser espectador pero no partícipe: ser invisible: ser inofensivo. Es decir, no ser.

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