jueves, 26 de abril de 2012

Sobre el bullying

La secundaria fue para mi la peor época. Estaba gorda, fea. Y despeinada, aunque eso lo conservo hasta la fecha, de un modo que casi ha escapado de mi control. Tenía pocos amigos y mucho miedo. Era una chica muy insegura de si misma, lo recuerdo perfectamente.

En el primer anio yo vivía en una especie de limbo. Tenía una sola amiga, Ana Karen, que en aquel entonces tenía el cabello hasta la cintura, por lo cual se ganaba el desprecio de todas las "niñas bien" que bien habían sido enseñadas por sus misericordiosas madres que "pelo hasta la cintura, gata segura". (Ana Karen, no creo que nunca llegues a leer esto, pero si por azares del destino te topas con esto un día, solo recuerda lo fashion que después se volvió tener la melena larguísima.)

Ella, pues, era mi única amiga. A veces iba a dormir a su casa o a comer o a hacer tarea. Su mama era muy bonita, tenía ojos de color. Juntas descubrimos los latin-chats y todas esas bobadas tan de moda en el 2000. Recuerdo que una vez tuvimos una conversación muy erótica con un desconocido que declaro imaginarse lamiendo el "monte de Venus" de la chica que le hicimos creer que éramos (me acuerdo que pensé: que diablos es el monte de Venus?!)

En segundo de secundaria comprendí que si no me adaptaba, perecería. Socialmente, por lo menos. Así que, aunque no recuerdo muy bien como, un día era de las mas sociables y amigueras. Me acuerdo de que se reían de mis chistes, ellos, y ellas me buscaban para que les diera consejos o las escuchara (esta característica me acompaña desde la primaria, wtf). Recuerdo con absoluta claridad recomendarme a mi misma: se buena onda, porque si no te comen viva. A lo mejor en el fondo de mi ser soy una patana amargada y a fuerza de necesidad me hice simpaticona. Que cosas.

En tercero fue otro cuento. Me caía mal la mayoría de mis compañeros pero ellos me soportaban, así que ahí no había tanto problema. El asunto fue que siempre me gusto mucho (cada vez menos) hablar, así que en clase no hacia ABSOLUTAMENTE NADA mas que charlar animadamente con el pelado que tuviera mas cerca. Y me sacaban de clase, y reprobaba y me ganaba la enemistad de los profesores. Nota al margen: que pedo con los maestros que se toman personal tu desinterés y valemadrismo?! Que no saben que es mas o menos normal?!

En fin. Había un profe que particularmente me detestaba y aprovechaba cualquier oportunidad que hubiese (y si no la había la creaba) para humillar e insinuar las peores cosas de mi. Que estaba yo bien tonta. Que todo hacia mal. Y así hasta el fin del mundo.

Una vez estaba yo en el recreo llorando en las escaleras y llego y me pregunto que me pasaba y le dije que odiaba la escuela y que en ese lugar no se respetaba la dignidad humana. Eso conteste. Y lo único que pudo decirme fue otra culerada: decir dignidad humana es pleonasmo porque ninguna otra especie tiene dignidad. Solo logro hacerme sentir peor. Humillada por un lado por mi supuesto error e indignada por el otro porque a mi me parece que los animales también tienen dignidad.

Hace algunos anios salió a la luz publica, en medio de un ruidoso escándalo, que ese profesor, Raúl G.A., había violado a un niño en un retiro espiritual. Así que ahora te pregunto, aunque no me leas ni me oigas, donde quedo la dignidad, humana o animal o lo que sea, de ese niño, pero sobre todo, donde quedo la tuya? Y como es posible que me hayas tratado tan mal en una edad tan vulnerable cuando eras tu el que llevaba dentro una bestia rastrera en vez de alma? Quizás era eso: querías hacerme sentir tan mierda como tu. Quizás a ti te fue peor en tu escuela y así se explica todo.

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