lunes, 6 de junio de 2011

7:40 pm

La hora dorada
es cuando los sueños se materializan en pájaros
y se juntan en comunidad
a cantar y volar.

La hora dorada
es la oportunidad para la belleza,
el justo instante en que desde el cielo
se estira un brazo para acariciarnos
y hacernos tersa la piel
y amable la mirada.

La hora dorada
es el lapso que nos ha sido otorgado
para ser lo mejor que podemos ser
o tal vez solo aparentarlo.

La hora dorada
se concreta en un ambiente de magia
cuando todos, vivos o muertos, resplandecemos como tesoros.

La hora dorada
es el efímero momento
que nos da cada día
para eregirnos en redención
para gozar la versión imposible,
la hermosa farsa, el brillo
de aquel que pudimos haber sido
o que aun somos
cuando podemos conservar la esperanza.

La hora dorada
se desdibuja en un rosa
que colorea el cielo a trozos
y nos deja nostálgicos.

El rosa,
encolerizado por la envidia,
se vuelca en negro
y le abre la puerta a los fantasmas.

1 comentario:

Zabioloco dijo...

El rosa,
encolerizado por la envidia,
se vuelca en negro
y le abre la puerta a los fantasmas.


me gusta muchísimo, toda una seria mamarrachada...