jueves, 28 de enero de 2010

No podemos no ser mediocres.

Bueno. Voy corrigiendo de una vez el texto. Prontito, que apenas comienzo. "No podemos no ser mediocres" no es preciso. Lo correcto hubiera sido nombrar este intento de ensayo así: "No puedo no ser mediocre". Y no me da pena. No puedo no ser mediocre. No en esta vida. No con esta energía. A ver. Tal vez se preguntan qué carajo estoy tratando de decir. Ahí va.

El mundo es tan vasto y tan ajeno que es inagotable. ¿Por qué vasto? Porque nunca termina, porque en cualquier rincón hay cosas nuevas, diferentes, asombrosas. ¿Por qué ajeno? Porque no es mío, no lo he apropiado: no lo he hecho propio. Entonces, siempre es otro, siempre es no mío, siempre está un poquito lejos. No nací sabiendo al mundo y lo que en él se encuentra, sino que me encuentro (como todos) descubriéndolo a diario.

Y pienso. Pienso en todo lo que no sé, en lo que me gustaría saber, en lo que me imagino que es y que también imagino que tal vez no sea como yo me imagino. Y no acabo. Todo está por ser aprendido.

Pero hay tantas cosas qué hacer (y tantas cosas que hay para no hacerlas sino sólo vivirlas, de forma más o menos pasivas, como platicar, o mirar la calle, o conducir sin rumbo, o escuchar música -en lenguas que no entiendes) que no queda tiempo para investigar (en Internet) todo lo que no sabes. Y tampoco queda tiempo para vivir todo lo que no sabes.

Por eso yo soy del bando de las mediocres. ¿Cómo no serlo en un mundo que no me permite darme a basto? Sólo puedo consolarme pensando que este mundo es excesivo (excesivamente hermoso, excesivamente raro, excesivamente excitante) y yo soy pequeña y limitada. Y no me queda más que conformarme, y vivir lo poquito que tengo. No me queda más que cuestionar todo, todo el tiempo.

Y ahora que lo pienso... ¿es que realmente no hay tiempo para vivir lo que desconoces?

viernes, 15 de enero de 2010

Novedades desafiantemente ordinarias y aborrecibles

En la casa de Tepic hay un pez, regalo que le dio una alumna a mi madre.
El pez está en una pecera que califico de cómoda y espaciosa. Al pez se le alimenta con la comida que nos indicaron, todos los días. Al pez no lo molesta Janis (la gata) ni Lola (la perra, propiedad de mi hermana y eventual visita en la casa).
El pez, no obstante, ha dejado de comer y ha dejado de nadar tanto como antes.
El pez se está dejando morir, se está soltando de la vida. El pez -un pez, un animal- se está suicidando.
No entiendo cómo un animal puede suicidarse. ¿Qué condiciones tiene que haber para que un animal desee dejar de existir? ¿Son conscientes de su existencia? ¿Son conscientes de cómo llegar antes a la muerte? ¿Tienen sentimientos? ¿Pueden sufrir?
Más aún: no entiendo cómo un animal mío puede querer suicidarse.

¿Qué hemos hecho mal, dios mío?

-------

Neruda alguna vez escribió:
"Sucede que me canso de ser hombre"
Ahora yo escribo:
"Sucede que me canso de ser hombre
y también mujer"

sábado, 2 de enero de 2010

Hey

De repente siento que me he quedado sin nada qué decir.
Contra mi voluntad.

¿No les ha pasado?

No les deseo un feliz año porque es trillado y porque no estoy de acuerdo enteramente con la frase. Pedirle al año que sea feliz es liberarse de toda responsabilidad por ello, es asumir una pasividad frente a la vida, a los acontecimientos, a la gente. Les deseo que luchen por ser mejores y porque aprendan a vivir y disfrutar los buenos y malos y peores momentos que van llegando y se van yendo.

Al parecer no me había quedado completamente sin nada qué decir. Qué se le va a hacer.